Los ribetes violáceos resaltan sobre el color rojo cereza de un vino muy limpio y brillante.La gama de frutos rojos, como la frambuesa y la cereza, predominan con una alta intensidad aromática ensamblándose con los tonos de cacao, café y torrefactos, propios de los seis meses de su estancia en barrica.
Vino fresco y elegante, con una fácil y equilibrada entrada en boca, dejando sensaciones de carnosidad y volumen en el paso por la misma. En el posgusto, volvemos a recordar todos los tonos afrutados detectados en la fase olfativa.